Da igual cuándo se lea este titular. Porque, por desgracia, siempre está vigente. Siempre hay alguien ocupando un lugar que no le corresponde, hablando en nombre de otros sin legitimidad, interfiriendo donde no debería o simplemente apartándose del espacio que debería defender. Y todo esto, lo admito, me resulta agotador. Agota ver cómo se utiliza cualquier causa noble como campo de batalla ideológica. Agota ver cómo el oportunismo contamina el debate. Agota ver cómo nadie, absolutamente nadie, parece estar donde debería estar. Por eso me duele especialmente lo que ha sucedido estos días con La Vuelta a España. Porque el ciclismo representa para mí algo distinto. Es el deporte que más admiro, no solo por su épica, sino por los valores que lo atraviesan: esfuerzo sin atajos, respeto al sacrificio del otro, cultura del compañerismo. Un deporte donde un equipo entero trabaja para que solo uno cruce primero la meta, donde los gregarios son esenciales, donde incluso el derrotado reci...
EL SILENCIO DE LAS PALABRAS Me temo que no solo quienes dirigen el mundo actual, hay demasiados actores empeñados en embarrar, aún más, la soez e indigesta inquina que desprenden las respuestas y los pronunciamientos de la clase política y sus infiltrados que manejan a su antojo las redes sociales y algunos medios de comunicación. Parece, que cualquier opinión, idea o un simple comentario están obligados a pasar por el tamiz de una versión politizada, cuya traducción siempre resulta extrema y busca el daño y la controversia. Esto obliga a posicionarse en una de las dos únicas orillas de una confrontación provocada y peligrosa, a la que no se le ve el final. O se está o no se está, blanco o negro, no cabe la interlocución serena, el intercambio normal de ideas y opiniones o el acuerdo en parte. La turba de declaraciones y matizaciones, como salvas de distracción, sobre la situación en Gaza, pretende llevarnos hasta dejar en segundo plano la humillante tragedia que sufr...
Lo mejor del verano han sido ellas, mis chiquis, esas dos pequeñas maravillosamente inquietas y ajenas a cualquier opción de sosiego, a las que a sus días le faltan horas para jugar y no parar. El resto de lo que llevamos de verano se me ha pasado de largo con este calor inhóspito de crematorio, entre fuegos y llamaradas vengativas e imposibles, currículos viciados de mentiras mezquinas y este mundo nuestro, impasible en manos de gentuza que permite que los niños mueran de hambre y sed, donde nada crece y el agua solo lleva sal en sus entrañas. Así y todo, después de intentar colocar el despilfarro de juguetes y trastos en su sitio, he querido volver a escribir, pero la angustia y la indignación me han atenazado el resuello como una ardiente garra, haciéndome borrar párrafos y palabras llenas de una ira ácida, que se me hacía ilegible. Además, desde el amanecer echo de menos sus risas, sus protestas y su incansable ajetreo. Quizás me convenga esperar a otro momento.
LOS HIJOS DE VOX Desde mi ventana veo, subidos a un tejado, con este calor desolador, a un par de trabajadores que restauran pacientemente un viejo tejado. Al otro lado de la calle, unas máquinas resuenan con su insistente martilleo y varios operarios se afanan en abrir una profunda zanja, desenterrando a una vieja tubería de conducción de agua, que sustituyen por otra nueva. Todas estas personas, me consta, son de origen magrebí. A lo mejor, en Vox, no son de mirar mucho por la ventana, pero en cualquier caso, no me puedo creer que a todo Vox, no les entreguen en casa un paquete, ni les pinte la vivienda un pintor o les recoja en la esquina un chofer de un Uber, que no sea un migrante nacido en cualquier parte del mundo. ¿Y su servicio doméstico? Porque estos son de tener servicio doméstico, ¿llevan todas sus “chicas de servir” la marca España en la cofia o el delantal? Y cuando estas cosas ocurren, ¿qué hacen? ¿Rechazan el paquete, apartan la pintura a un rincón o se van e...
QUÉ DIFÍCIL ES MORIRSE CUANDO ESTÁS MUERTO Los tres enterradores de Pedro Sánchez no querían Ellos solo estaban en esto por dinero, mucho dinero, para medrar en lo que se pudiera y así seguir garruleando con el sexo fácil de alquiler. Nada nuevo en el mundo del corruptoman hispano de bragueta caliente. Equivocarse dos veces, con dos personajes del peso que han tenido Ábalos y Cerdán, da para dimitir de largo, sin que nadie te lo pida y no volver la vista atrás, sobre todo, antes de que todo vaya a peor. Tan poderoso pecado no lo limpia el perdón, ni merendarse media ejecutiva, como si se la hubieran impuesto, ni un buen dato de empleo o del PIB. El caso es que, en el manual de resistencia, no creo que haya capítulo alguno previsto para gestionar semejante destrozo y menos aún, contando con una soledad parlamentaria que no da para casi nada. Sin presupuestos, ni capacidad real de legislar, ahí está la reducción de la jornada laboral en el dique seco, sin ir más lejos;...
OFTALMOLOGÍA Santos Cerdán ha dejado, tras de sí, un rastro de manos quemadas y una herida insoportable. Pero estos dolores no nos son nuevos. Esperanza Aguirre no vio venir, y jamás pudo imaginarse, el paseíllo de varios consejeros suyos y de sus dos vicepresidentes por el angosto pasillo del módulo de ingresos de algunos penales cercanos a la capital. Tampoco M punto Rajoy, fue capaz de vislumbrar, o no se lo explicaron bien, el sucio lío en el montaje de la policía patriótica y de los espionajes varios en el que andaban metido su ministro, el famoso Villarejo y la inefable Cospedal, mujer tajante como pocas. Y por lo visto, tampoco Pedro Sánchez, anda fino de retinas, cuando sus dos secretarios de organización le han salido aprendices aventajados de los Gürtel, ayudados por un ex cortador de troncos que esconde, rematadamente mal, las cosas comprometedoras. El caso es que la vibrante intervención de José Luis Ábalos en la histórica moción de censura, contra l...