"Julius Marx"
Alemania
Alfons Schuhbeck
crítica
estrella michelin
gastronomía
Hedonistas
Munich
restaurante
Schuhbecks Fine Dining, el timo bá(r)varo
No caigamos en el topicazo, "como se come en España…", que aquí a veces cuecen habas. Tampoco podemos afirmar rotundamente, que los alemanes solo saben hacer lavadoras, motores…., pero cocinar…Nein!!!. Hay insistentes rumores que algunos si saben. Y por último de los muchos sitios que en Alemania tienen la bendición urbe et orbi de la guía Michelin, seguro que alguno habrá decente o incluso bueno. Fijo.
El suceso acaeció en fecha que no quiero recordar en un restaurante en la bella y prospera ciudad de Múnich. El desalmado autor que perpetro tan horrenda afrenta a la cocina mundial, fue un cocinero que tiene pinta de ser muy popular por allí, cuya carita rubicunda y de saludable aspecto teutón vimos un momento y jamás olvidare; Alfons Schuhbeck.
Local en un rinconcito de la parte más histórica del centro de la ciudad y sala sosa y recibimiento y servicio posterior fríos, como estaba el día. Toda una premonición.
Cruzado el umbral, y sin aviso previo, se inició el intento con saña de aburrir nuestro paladar. Los platos estimulaban nuestras dudas a medida que avanzaba la comida, con una lánguida y poco expresiva presentación y una machacona transmisión de sosería, aburrimiento y abandono. Por la vía olfativa, aunque perseveramos en el esfuerzo, parecía que la no existencia de olores mínimamente estimulantes nos hacía presagiar una creciente sospecha, que se vio corroborada, por la inexistencia de sabores con cierta relevancia, personalidad o gracia, aunque pueda parecer una exageración, no lo es, hay testigos de ello y estamos dispuesto a ratificarlo ante quien corresponda, no como otros.
Con el aturdimiento propio de quien es noqueado en un idioma que parece más una afección de garganta que una lengua moderna, salimos de aquel frío endémico a una tarde plomiza y lluviosa, que nos pareció mas cercana a la realidad.
Era el final de algo que nunca debió empezar en realidad.
Y el final nos condujo irremediablemente a buscarnos una merienda tempranera con la legendaria contundencia alemana para mitigar el desconcierto de nuestros estómagos, estimulados desde temprano por la creencia de descubrir la faceta mas sugerente de una magnifica cocina bávara con el aval de Michelin, y su estrella.
Solo nos quedó el sabor de la merienda, y un apunte en la visa que aun supura dolor e irritación.
Fue en Baviera, y fue un timo bá(r)varo.
Fotografía: Restaurante Schuhbecks Fine Dining
c/ Pfisterstraße, 9 - Munich
+49 89216690110
Schuhbeck.de
El suceso acaeció en fecha que no quiero recordar en un restaurante en la bella y prospera ciudad de Múnich. El desalmado autor que perpetro tan horrenda afrenta a la cocina mundial, fue un cocinero que tiene pinta de ser muy popular por allí, cuya carita rubicunda y de saludable aspecto teutón vimos un momento y jamás olvidare; Alfons Schuhbeck.
Local en un rinconcito de la parte más histórica del centro de la ciudad y sala sosa y recibimiento y servicio posterior fríos, como estaba el día. Toda una premonición.
Cruzado el umbral, y sin aviso previo, se inició el intento con saña de aburrir nuestro paladar. Los platos estimulaban nuestras dudas a medida que avanzaba la comida, con una lánguida y poco expresiva presentación y una machacona transmisión de sosería, aburrimiento y abandono. Por la vía olfativa, aunque perseveramos en el esfuerzo, parecía que la no existencia de olores mínimamente estimulantes nos hacía presagiar una creciente sospecha, que se vio corroborada, por la inexistencia de sabores con cierta relevancia, personalidad o gracia, aunque pueda parecer una exageración, no lo es, hay testigos de ello y estamos dispuesto a ratificarlo ante quien corresponda, no como otros.
Con el aturdimiento propio de quien es noqueado en un idioma que parece más una afección de garganta que una lengua moderna, salimos de aquel frío endémico a una tarde plomiza y lluviosa, que nos pareció mas cercana a la realidad.
Era el final de algo que nunca debió empezar en realidad.
Y el final nos condujo irremediablemente a buscarnos una merienda tempranera con la legendaria contundencia alemana para mitigar el desconcierto de nuestros estómagos, estimulados desde temprano por la creencia de descubrir la faceta mas sugerente de una magnifica cocina bávara con el aval de Michelin, y su estrella.
Solo nos quedó el sabor de la merienda, y un apunte en la visa que aun supura dolor e irritación.
Fue en Baviera, y fue un timo bá(r)varo.
Fotografía: Restaurante Schuhbecks Fine Dining
c/ Pfisterstraße, 9 - Munich
+49 89216690110
Schuhbeck.de
No hay comentarios
Publicar un comentario