Hay una buena anécdota que me cuentan de nuestro exministro de economía, Sr. de Guindos, referida a su paso por un grupo de intermediación bursátil muy importante en los años 90. Parece ser, que todos los años al acabar el speech navideño del presidente del grupo, este se dirigía a él, diciéndole:
- ¿Luis quieres añadir algo a mis palabras?
A lo que de Guindos respondía invariablemente;
- No, no, nada, nada.
Y por esto, entre el personal de a pie pasó a ser, el Sr. nononadanada.
Hace unos días un tertuliano, aparentemente en uso de sus facultades mentales, insinuaba que la llegada de nuestro exministro al Banco Central Europeo había podido poner nervioso al actual presidente del BCE. Mario Draghi solo puede sentir o percibir la enorme sombra de nuestro exministro de economía cuando la cabeza de este se interponga en la línea perpendicular entre el sol con el todopoderoso presidente del BCE. A nuestro exministro en realidad se le ha recompensado con un plan de jubilación activo sin la inútil estupidez de esperar a su edad de retiro reglamentaria. Magnifico plan en términos de sueldo, visibility y prebendas. La troika ha hecho honor a su palabra y lo ha colocado y recompensado por su obediencia ciega y lealtad inquebrantable a los principios de su balance e intereses.
Yo siempre pensé y ahora lo tengo aún más claro, que la troika no quiso nunca rescatarnos de forma total, éramos un problema muy grande para ellos, si rescataban a nuestro maltrecho tesoro, Europa hubiera entrado en serio riesgo de gripar el motor de su economía. Es como si ponemos a un niño de 3 años a sujetar a toda una cadena humana de fornidos bomberos para rescatar a un lindo gatito que ha resbalado hasta el suelo de un profundo pozo.
Cojamos al azar unos datos muy básicos. En el año 2013, España representaba casi el 8% del PIB de la Unión Europea, si añadimos en esta cesta a Portugal, Irlanda y Grecia, países que, si fueron rescatados de forma total, llegaríamos al 12% del PIB de toda la Comunidad Europea, esto supone más o menos un 50% del todopoderoso PIB Alemán. Recordemos que el rescate total llego a los 413 mil millones de euros, de los cuales 40 mil fueron la “ayuda” a nuestro saqueado y maltrecho sistema bancario. Nuestro exministro y su jefe nominal (monolito de la Moncloa) nos aseguraron que no nos iba a costar un euro a los contribuyentes, lo cual es absolutamente cierto, nos ha costado unos cuantos miles de millones, no un euro, y no solo a los contribuyentes, sino hasta los contribuyentes no concebidos y nonatos de unas cuantas generaciones venideras.
Nuestra economía era una copia diseñada por “el vaquilla” de un bonito, rápido y molón deportivo dando el pego de caro carísimo, con más alerones que un Boeing, mas luces que la calle preciados en navidades y con el motor más tuneado que los pómulos de Pamela Anderson. Y a pesar del riesgo de hostia gorda, acelerando a tope, como locos, lo que ni su suspensión ni su chasis se podían permitir.
Los tres tipos de la Troika, no eran tres tristes tigres, ¡no!, eran unos recios nibelungos rubios y de piel sonrosada y con unos caretos fríos como el invierno en el báltico. Miraron fijamente a nuestro exministro y le instruyeron en cómo y por donde desguazar el mentiroso y trucado coche. Nuestro exministro pese a todo intuyo lo peliagudo del tema y lo mal que se iban a poner las cosas, y lo peor de todo, como demonios le iba a decir al abuelo que no nos quedaba otra que rescatar, con perdón, al olvidado Simca 1000 de la cochera.
La troika al unísono, ladró aquello de: ¿Tiene alguna cosa más que añadir HERR ministro?
A lo que él fiel a sus cosas, usos y costumbres, tiro de su ingenioso y convincente vocabulario y volvió al………... No, no, nada, nada.
Y así nos va.
- ¿Luis quieres añadir algo a mis palabras?
A lo que de Guindos respondía invariablemente;
- No, no, nada, nada.
Y por esto, entre el personal de a pie pasó a ser, el Sr. nononadanada.
Hace unos días un tertuliano, aparentemente en uso de sus facultades mentales, insinuaba que la llegada de nuestro exministro al Banco Central Europeo había podido poner nervioso al actual presidente del BCE. Mario Draghi solo puede sentir o percibir la enorme sombra de nuestro exministro de economía cuando la cabeza de este se interponga en la línea perpendicular entre el sol con el todopoderoso presidente del BCE. A nuestro exministro en realidad se le ha recompensado con un plan de jubilación activo sin la inútil estupidez de esperar a su edad de retiro reglamentaria. Magnifico plan en términos de sueldo, visibility y prebendas. La troika ha hecho honor a su palabra y lo ha colocado y recompensado por su obediencia ciega y lealtad inquebrantable a los principios de su balance e intereses.
Yo siempre pensé y ahora lo tengo aún más claro, que la troika no quiso nunca rescatarnos de forma total, éramos un problema muy grande para ellos, si rescataban a nuestro maltrecho tesoro, Europa hubiera entrado en serio riesgo de gripar el motor de su economía. Es como si ponemos a un niño de 3 años a sujetar a toda una cadena humana de fornidos bomberos para rescatar a un lindo gatito que ha resbalado hasta el suelo de un profundo pozo.
Cojamos al azar unos datos muy básicos. En el año 2013, España representaba casi el 8% del PIB de la Unión Europea, si añadimos en esta cesta a Portugal, Irlanda y Grecia, países que, si fueron rescatados de forma total, llegaríamos al 12% del PIB de toda la Comunidad Europea, esto supone más o menos un 50% del todopoderoso PIB Alemán. Recordemos que el rescate total llego a los 413 mil millones de euros, de los cuales 40 mil fueron la “ayuda” a nuestro saqueado y maltrecho sistema bancario. Nuestro exministro y su jefe nominal (monolito de la Moncloa) nos aseguraron que no nos iba a costar un euro a los contribuyentes, lo cual es absolutamente cierto, nos ha costado unos cuantos miles de millones, no un euro, y no solo a los contribuyentes, sino hasta los contribuyentes no concebidos y nonatos de unas cuantas generaciones venideras.
Nuestra economía era una copia diseñada por “el vaquilla” de un bonito, rápido y molón deportivo dando el pego de caro carísimo, con más alerones que un Boeing, mas luces que la calle preciados en navidades y con el motor más tuneado que los pómulos de Pamela Anderson. Y a pesar del riesgo de hostia gorda, acelerando a tope, como locos, lo que ni su suspensión ni su chasis se podían permitir.
Los tres tipos de la Troika, no eran tres tristes tigres, ¡no!, eran unos recios nibelungos rubios y de piel sonrosada y con unos caretos fríos como el invierno en el báltico. Miraron fijamente a nuestro exministro y le instruyeron en cómo y por donde desguazar el mentiroso y trucado coche. Nuestro exministro pese a todo intuyo lo peliagudo del tema y lo mal que se iban a poner las cosas, y lo peor de todo, como demonios le iba a decir al abuelo que no nos quedaba otra que rescatar, con perdón, al olvidado Simca 1000 de la cochera.
La troika al unísono, ladró aquello de: ¿Tiene alguna cosa más que añadir HERR ministro?
A lo que él fiel a sus cosas, usos y costumbres, tiro de su ingenioso y convincente vocabulario y volvió al………... No, no, nada, nada.
Y así nos va.
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