Habían sonado hace rato las 4 de la mañana, cuando una descamisada banda de periodistas artos de cubatas y rechazos entraron en un garito de máximo tronío, precio y famoseo a principios de los 80, y se quedaron boquiabiertos al ver como aquel negrito era el amo de la pista moviéndose como Dios e interpretando como nadie a Mick Jagger y su “emotional rescue”. El tipo en cuestión era nada más y nada menos que Laurie Cunninghan, máxima estrella del Real Madrid (la Perla Negra), el mismo, de cuerpo entero, eso sí, con un pedazo escayola que le blanqueaba la pierna izquierda del tobillo a cadera.
Nadie, excepto algún maestro pizzero, es capaz de estirar y estirar algo más que un periodista deportivo, años y años estuvieron dándole al bueno de Laurie, menos mal que nunca supieron que en aquel momento ya solo le quedaban apenas dos dedos de la botella de Johnnie Walker etiqueta negra de la que era titular indiscutible en aquel local, abierta hacia un par de horas.
Apenas unos años antes, Gunter Netzer, puso de moda en Madrid los garitos de la calle Orense y las camas grandes, para más de dos. Gunter buscaba cada mañana al romper el alba la seguridad ante un posible traspié y para combatir el roció madrileño y la soledad lejos de su Alemania natal, haciéndose acompañar de un par de muchachas que acomodaban sus cuerpos a Gunter y a su melena rubia, tan llamativa y lacia. Netzer también daba mucho juego en el campo y en los periódicos deportivos.
Don Santiago Bernabeu, llamó a capitulo al Míster (Miguel Muñoz), exigiéndole que pusiera remedio a ese mayúsculo escandalazo. Muñoz le contesto que no se preocupara que Netzer después se tiraba a degüello la tarde entera sesteando. Bernabeu, zorro y viejo, se cuestionaba la cosa – la siesta bien…pero solo ¿no?- , a lo que Muñoz respondió ; creo que si Don Santiago.
En Can Barça tuvieron lo suyo en la época de Maradona, se decía que tenía más fariña en la cara que una clase de parvulitos aprendiendo a hacer pan. La realidad es que Diego trataba con enorme cariño y primor la bola, pura seda y se vengaba de si mismo maltratándose con saña su misma vida. Decían con guasa y mala follá en su época en Sevilla, que tenían que pintar las rayas del campo en rojo, porque en blanco las esnifaba. De aquellos polvos ha quedado todo puro y denso lodo, muy triste
Y tantos, tantos, que el dinero fresco y abundante les llevo rápidamente camino del olvido, y en muchos casos de la ruina.
Dembélé el hombre, según parece se ha retrasado en llegar con la fresca a algún entrenamiento, él dice que, por despiste y problemillas con el casero, lo cierto es que según testigos de cuerpo presente en ningún caso ha llegado con el vaso del decimoquinto cubata en la mano, a lo Guti, pero las ojeras del gabacho resaltaban de puro negro tizón en su cara ya tan morena y claro, saltaron las alarmas y los temores más, mucho más que la demanda de Hacienda a Messi, pobre Lionel.
Mi amigo Raúl es personas bien informada en casi todo y con mando en plaza en la trastienda culé y claro se nos ha puesto con los nervios a flor de piel, temiéndose lo peor.
¡Raúl, que se eche la siesta, a degüello!
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