Otro modelo de dialogo, por favor

Puede que me equivoque, pero anda cerca que Hitler y Churchill jamás se hubieran puesto de acuerdo en ninguna mesa negociadora, con o sin relator, en nada y menos que nada en cómo solventar el “problema” judío. 

Dejemos a la perdiz que bastante mareada esta ya, no es posible llegar a un acuerdo con quien solo quiere acordar su propia postura. Los líderes que viven alrededor del independentismo catalán solo quieren dialogar si se hace un referéndum de autodeterminación y todo lo que no sea alcanzar esa meta ni les vale ni les interesa, son rehenes de su historia y relato, y ahora además más forzados aún al tener un juicio en puertas. Su desinterés por el mundo real se constata con suma facilidad, solo con ver el mezquino funcionamiento del Parlament, antes fuente de la verdad absoluta y hoy secarral legislativo y desaparecido el debate real o en su inhibición y vacuidad ante los alarmantes datos macroeconómicos y sociales de Cataluña que demuestran con rutinaria insistencia su pésimo estado salud.

Hacer votar a la gente sin un mensaje claro y una definición explicita y concisa de riesgos y ventajas, es un engaño en forma de timo amable, véase el caso del Brexit y otros, quizás sería más sensato e interesante buscar la franja media de las opciones, rechazando las ideas extremas, guardando de una vez por todas las banderas y sentarse a inventar fórmulas de coexistencia inteligente que permita poder sentirse lo que se quiera sin agobio alguno y sin necesidad de delimitar ninguna frontera entre pareceres encontrados, es decir, bloques no, gracias. El intento bienintencionado y torpe de Pedro, debería ser el último con ese formato más propio y útil para negociar un convenio colectivo que un problema tan complejo y de múltiples aristas, para así, evitar ahondar en la dramatización y la frustración que solo le viene de perlas al imán de Waterloo y a los chicos de Aznar.

La dificultad de crear este nuevo concepto y un novedoso estatus, demanda una evidente generosidad y una inagotable sagacidad y delicadeza, aderezado todo ello de la paciencia del inventor hasta encontrar la fórmula que evite el desastre o este tedioso hartazgo sin sentido que nos adormece.. 

Antes de llegar a la novedosa formula hay que inventar quien la invente, porque ¿Alguien puede pensar que los teloneros que le han montado el mitin hoy a Vox en Madrid (Casado y Rivera), tienen la más remota idea y concepto para hacer magia? Solo con oír a Casado intentar ligar torticeramente el incremento de la natalidad con el aborto, nos sitúa en la dimensión real del grave problema que él supone. Y no hablemos de Torra y su troupe.

El inevitable final de la legislatura podía ser una oportunidad  o un desastre, veremos, en cualquier caso hay que hacer un casting de inventores descontaminados, ya mismo, que para luego es tarde..