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MUNDO RURAL




No es broma, le he dado al copiar y luego al pegar.

Pablo Casado reivindica en Córdoba los toros y la caza como señas de identidad del mundo rural

Es igual; Illán de Vacas, Salcedillo o Valdemadera o un pueblo de la Siberia extremeña, del árido Moncayo o escondido en la montaña orensana, con toros y conejos se puede remontar la historia de una tendencia empeñada e iniciada a mediados del siglo pasado en dejar yermos calles y pueblos no solo aquí, también en toda Europa, donde con diferentes escalas esta natural pandemia se ha extendido.

La pena mora la sentimos y mucho por nuestros vecinos de la vieja Europa que de conejos puede, pero de toros………, ahí se quedan sin solución, pobres.

Se desconoce la cuantía que las “señas de identidad” aportan al PIB o al patrimonio y servicios públicos de los vecinos de estos pueblos, deben ser valiosas y cuantiosas, cuando Pablo las reivindica, después de Vox, como casi todo. Eso sí, muy  ardientemente, por algo será.

No hay nada como una buena conversación de toros y conejos en una fría y ventosa tarde de enero en la taberna de Salicón para que ese silencio que se mete en los huesos como la mismísima humedad que destila día a día el suelo enlosado de piedra, de paso al runrún de los sonidos que, a otros, y por la costumbre, ni los escuchan y sobran a miles en las grandes ciudades, donde ni se sabe de toros y menos, mucho menos, de conejos.

Cabía la posibilidad, solo era una remota posibilidad, de elaborar alguna propuesta más arriesgada, en el sentido de instar a elaborar estudios zonales y poder determinar qué tipo de alternativas posibles, o no, se pueden facilitar para que el mundo rural sea una “opción” a la vida en núcleos de población de mayor tamaño. El problema es que llegar a ese nivel de realismo, ni es fácil, ni barato y sobre todo es demoledor para quien se atreva a decir la verdad, que en no pocos casos seria certificar un futuro de cierre por vacío.

El mundo rural, aunque pudiera (y así debería ser) llegar a un satisfactorio grado de desarrollo en los servicios públicos, oportunidades y atención al ciudadano, jamás será equiparable, y eso sería parte de su encanto, por razones obvias a la realidad ciudadana que se vive en una media o una gran ciudad, lo relevante es que sea una alternativa factible, y no una resignación a la fuerza o el final de alguna huida.

En Salicón, apenas hay conejos, nunca ha habido ni se ha hablado de toros y hay días, muchos, que no hay nadie en la taberna, solo la humedad.

Muy de tu rollo

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