Acabando el veintinueve
Al rato el treinta llega
Y si cumples años
Toca alegría y fiesta
Como naciste en la machota
Y reinas en la Baviera alemana
Con más motivo y devoción
Haya o no tarta y velas
Y si las hay, las soples o no
Que 30 años no son nada
Pero no es cierto, ¡rediós!
Que son muchos días
kilómetros, penas, alegrías
lidiando con tontos y listos
que de todo hay por lo visto
y más te vale que espabiles
que el mundo está de pena
mucho patoso y correveidile
y tú vales mucho, nena
Mas, que no quede aquí la cosa
En una simpe felicitación
Escrita en verso o prosa
No basta para el mucho amor
Sentido de los que te conocemos
Cuán grande es tu corazón
Del buen paño de tus sentimientos
Y de tu enorme ilusión
tenedora de tanta alegría
protagonista de nuestros sueños
que todos tuyos son
y que todos se cumplan
sea todo bueno y lo mejor.
Por último, pedirte
Aprovechando la bondad de la coyuntura
Agotada nuestra ingente hartura
cansados y desanimados
De tragarnos una y mil veces
Tus pelis de dibujos animados
filmes de princesas y reyes
musicales de grandes divas
de ladrones y mequetrefes
de espadas y dagas sibilinas
¡Disney nos repele!
¿mas dibujos?
¡ni lo sueñes!
¡todo termina!
Siempre se ha dicho que la tercera generación es la que arruina el negocio familiar y que el carácter de los nietos rara vez se parece al de los abuelos, excepto, algunos que portan los llamados "genes del Salmón", que remonta a contra corriente hasta sus orígenes. En tu caso, tranquila, nunca podrás arruinar negocio alguno, al menos por herencia, pero sin duda te has saltado a la torera a la segunda generación, para ir a beber de las fuentes iniciales de tus orígenes.
Tu abuela, tú ya sabes, además de un excesivo sentido de la integridad y una extrema sinceridad, contaba con algunas virtudes y defectos que en buena parte has heredado y se atribuía ella misma alguna manía de niña que la distinguía del resto de sus semejantes, como por ejemplo ver la cara de los difuntos, afortunadamente este poco recomendable gusto infantil luego se fue diluyendo con el paso de los años. En tu caso fuiste menos escatológica, pero hay que reconocer que la necesidad de entrar en todos y cada de los baños públicos o privados que tenías a mano, no era tampoco ni habitual ni muy corriente, daba igual taberna, hotel o gasolinera. También el paso del tiempo ha ido mermando ese turismo de urinario tan difícil de explicar.
La realidad, como tú sabes, es que, aunque siempre puedes tomar prestado algún apunte de tus antepasados, tu personalidad es tuya y además, en tu caso, es poco dudosa de ser copia de nada o nadie, eso, ni pasa desapercibido y se hace notar más si cabe en estos dichosos tiempos donde todo se parece a todo. Cuesta mucho ser original, con copyright propio y no ser franquicia de ninguna tribu o tendencia.
No sé el origen u orígenes, sospecho que hay varios, de ese gran corazón y sentido de la honestidad tan acusado en ti, que compartes en buena medida con tu hermano y del que yo no me siento para nada ni la fuente ni el manantial, quede claro. Lo cierto es que, a pesar de los pesares, es mucho más gratificante poder mirar siempre de frente al mundo y saber poner coto a tanto daño innecesario y ante el tsunami de mediocridad militante tan extendido y que conforma y reconforta a tantos. Es muy difícil, a mí me lo parece, albergar esos sentimientos tan nobles y equitativos, cuya singularidad no siempre es comprendida ni recompensada, pero eso ya está descontado en el precio de ser así, y eso es parte de tu singularidad, es un tesoro a preservar de valor incalculable.
Solo queda animarte a continuar tu camino en la vida confiando en tu criterio, pero con la humildad que es patrimonio de los más inteligentes, aparcando los ataques de soberbia propios de los caracteres fuertes, potenciando tus muchas virtudes y conservando ese corazón maravilloso que te hace diferente.
No hace falta quererte con todo el amor de mundo para saber lo mucho que eres y lo mucho más que puedes llegar a ser, no hay pasión en esta apuesta, es un camino que tu misma has venido trazando y que se percibe con toda claridad.
Feliz 30º aniversario.
Te quiero
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