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Esto ya le paso a Ramón Mendoza




Las imágenes son ciertas, aunque podría parecer un nuevo montaje de la prensa canallesca y manipuladora de este lado del Ebro, pero no, en Girona, en un mitin de Esquerra Republicana de Catalunya les llamaban de todo, menos bonitos, y solo se oía bronca recia, no llegaron a los ya habituales zarandeos ni escupitajos, pero poco faltó. Como tantas veces en la historia la frustración se ha transformado una vez más en ira y la ira se adueña de todo, hasta de la realidad.

Ramón Mendoza, presidente del Real Madrid durante 9 años, nada más llegar al palco del Bernabéu observo sagazmente que en toda la inmensidad y el silencio habitual del coliseo madridista, solo había un grupo reducido de chavales, que animaban sin descanso y además eran de los pocos o casi los únicos que agitaban sin desmayo banderas blancas (se llamaba Peña Las Banderas). Ellos solos sin mando ni tutela alguna inventaban canticos bizarros y bramaban en actitud hostil al visitante. Tomó entonces la decisión de potenciar a la muchachada facilitándoles todo tipo de medios, dándoles cobertura para  su fortalecimiento y presencia. En resumen, les dio mucha bola. En muy poco tiempo hicieron saber al mundo que eran el baluarte del verdadero madridismo y puros defensores a ultranza del espíritu blanco, nadie como ellos.

Al cabo de unos pocos años, esta aguerrida chavalería, se convirtió en una de las peores pesadillas que tuvo que soportar, personalmente y como presidente el propio Mendoza, quien, vilipendiado y escupido, vio con asombro como la antigua peña paso de agitar banderas a descomponer la paz dentro y fuera del estadio con su nueva e ilustrativa denominación; Ultra Sur.

Costo mucho tiempo y esfuerzo hasta que a iniciativa del propio club y sus socios se desmanteló esta horda que tanto daño causo a propios y extraños. 

Visto lo visto, al otro lado del Ebro, parece muy complicado deshacer el entuerto y la espiral de tanta alma iracunda y crecida, así lo decía Iñaki Gabilondo hace unos días, cuando se preguntaba ¿a ver quién se atreve a devolver el tigre a la jaula?

A Mendoza le costo lo poco y lo mucho. Pero lo hizo.


Muy de tu rollo

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