Con solo dos palabras y un “o” como nexo, así se cierra el comunicado de los CDR, con la amenaza de esta tremenda alternativa. Fiel reflejo del sentir y actuar de miles de personas que sin prescripción facultativa alguna, salen de manera organizada a las calles para cortar carreteras, vías de ferrocarril e impedir la libertad de personas y bienes, atropellando cualquier derecho que no sean exclusivamente los suyos.
Todo esto se arropa, apoya y justifica, por quienes ostentan poder público o político o creen tenerlo, con el falaz argumento que son protestas pacíficas y legítimas.
Y si estos atropellos los hicieran otros comandos de signo y objetivos opuestos, ¿que dirían entonces?
A estas alturas de la civilización , debería estar claro, que la barbarie NO es legítima.
Hacer el Atila no es la alternativa y menos en este siglo.
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