Decía con acierto Torrent, President del Parlament, hace unos días; “la legislatura se ha distinguido por un simbolismo estéril”, llega tarde la reflexión y olvida por pura conveniencia los anteriores periodos donde todo iba de símbolos. La sobredosis simbólica lleva ya mucho tiempo, ha generado conductas adictivas que solo un valiente programa de rehabilitación a la realidad podría salvar a muchos de ese mal viaje infinito.
La clase política, como tantas otras cosas en la naturaleza esta en trance de desaparecer, sus sueldos y prebendas han sido tomados por una misteriosa plaga de mediocres que solo ven lo que sus mediocres lideres les dicen que tienen que ver, sin atender ni entender para nada los apremiantes y poco simbólicos problemas con los que lidian sus conciudadanos a diario, mientras que ellos lo apuestan todo a juegos de estrategia tan floridos como inútiles.
Esta sistemática sinrazón afecta a ambas orillas del río que mas guste señalar en el mapa el lector/lectora, por lo que parece necesario declarar sin mas tardanza el estado de pandemia nacional, agravada con un fuerte postureo de trazo grueso y un empeño sistemático de extremar, exagerar y tergiversar la realidad, cuando no de mentir descaradamente. El virus se ha hecho resistente en la mayoría de la política y los políticos, con la complicidad tan decepcionante de unos medios de comunicación que, en vez de destapar las vergüenzas de tan dañino y facilón desatino, se han convertido en hooligans y disfrutones del barullo.
Seria innecesario decir, que todo esto nos afecta de lleno, vaciándonos el bolsillo y el futuro, aunque a mucho tonto no le parezca. Además genera un evidente desgaste y agotamiento social que lamentablemente agrava la cuestión aun más, al dejar la participación efectiva y la voz cantante de la política en la calle, en el bar, en la puerta del súper o en los platos de televisión a los mas descerebrados del lugar, que son legión y además fanfarrones.
Así las cosas, causa verdadero estupor y mucha penita, el permanente y bienintencionado llamamiento al dialogo y la necesidad de practicarlo, cierto, pero mucho tienen que cambiar las cosas para que se priorice la verdad y el interés general.
De entrada, ya seria un alivio y un gran descanso, si al menos se callaran. Ya habríamos dado un primer paso muy importante.
El siguiente es que se vayan, claro.
De entrada, ya seria un alivio y un gran descanso, si al menos se callaran. Ya habríamos dado un primer paso muy importante.
El siguiente es que se vayan, claro.
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