Su propuesta de dejar vencer y no renovar, el estado de alarma el próximo sábado, día 9 de mayo, significaría sencillamente que cada cual podría hacer e ir donde le diera la realísima gana, sin limitación de tiempo ni de distancia, ni de nada, como si volviéramos a vivir como lo hicimos el pasado día 12 de enero o el 20 de febrero de este año.
Podríamos ir a Peralejo o a Alicante, a las 8 de la mañana o las 4 de la tarde, en familia o con un grupo de amigos, en un coche o en avión, bien juntitos y llegados a nuestro destino irnos a comer a un restaurante en plan cuchipanda en la mejor de las armonías, sin limitación de asistentes, etc. y sin normas de comportamiento de obligado cumplimiento, es decir, ni separación, ni gaitas escocesas.
Así de simple.
Esta propuesta se hace hoy, en el parlamento, en un día en el que aumentan los fallecimientos (244) y con un incremento de contagiados de 685 personas, cifras aun alarmantes, muy lejos de cualquier atisbo de final de pandemia.
Suponemos inútilmente, que esta propuesta se basa en una argumentación solida que no conocemos ni nosotros ni nadie, ni Casado.
En algún medio de comunicación se han enumerado algunas leyes donde cabría o se podría interpretar una regulación que sustituyera al estado de alarma, en lo referente a la limitación y restricción de los derechos y libertades ciudadanas. No se ha oído a ningún jurista apostar por esta opción, estaría por ver, pero de aquí al sábado, y del sábado en adelante solo hay una certeza, solo una, el articulo 116.2 de la Constitución española, el estado de alarma.
Además de su insensata y estúpida propuesta, de nuevo su ansiedad por el derribo al gobierno le ha llevado a Pablo C(asado) a ser irrelevante en este crucial y elocuente momento, quedándose solo en medio de la nada. La sagaz e inteligente maniobra de Arrimadas, que puede tener un recorrido impredecible a futuro, y el pragmatismo del PNV, le han dejado con el culo al aire, y a sus barones regionales mas tranquilos, porque estos si están lidiando con la pandemia y sufriendo sus embestidas en cada territorio.
La banda del “no” se ha quedado en lo de siempre, dando la nota, es para lo único que sirven.
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