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BARBIE, CARIÑÓ


 




BARBIE, CARIÑO.




¿era solo sexo, lo de Barbie y el campechano monarca? 


Las malas lenguas se han pasado décadas produciendo tímidos bulos innecesarios, escupiendo dudas a medio gas y vertiendo unas débiles gotitas del más apestoso fango sobre una pareja que vivíó algo más que una desgarradora historia de pasión y lujuria. 


Eso se decía por” lo bajini” desde el periodismo independiente y valiente que calló servilmente el affaire, con más miedo que vergüenza. 


Pero tenían razón.


 Pero ¡no del todo! Entre un acto gozoso y otro, también había tiempo para la confidencia terapéutica, las dudas sobre este o el otro, los negocios en marcha (el monarca se anticipó a Alvise en eso de: ¿Quién no ha….?, lo que se cocía en la política convulsa de aquellos años, los dimes y diretes sobre el personal de palacio, pero sobre todo había mucho  respeto…….por la otra. ¿desde cuándo la querida nombra a la mujer del tipo que la mantiene y entretiene como ; “reina”?


Pues eso.


En el estatus de esa relación fiel y entregada, casi familiar, cabían las barbacoas, paellas, los momentos lúdicos de todo tipo y también las preguntas por las notas el cole y los amiguitos a los peques de la casa. Quizás sobró en todo este idilio lúdico familiar, y no es por poner un pero, que conste, el intento de iniciar de prisa y corriendo, a una personita de tan corta edad, en el curso de CCC, “Fotografía sin ser visto”.


Aunque visto ahora, al menos al alevín-paparazzi, ya un hombretón,  le ha venido más que bien al cabo de los años, ganarse unos miles y miles de euros después de montar todo un  cristo con esas fotos que luego milagrosamente han provocado la salida al patio de la corrala de unos audios de gran calidad y claridad.


El interés a partir de aquí no puede quedarse en el lio de faldas, cuernos, panceta a la brasa y confidencias reales, sino: ¿toda esta juerga tan real como la vida misma, cuanto nos ha costado a todos? Y no para hacer malditos y malévolos cálculos de como nos ha salido cada “cumbre gozosa” entre Barbie y el residente fiscal en Emiratos Árabes, sino para al menos dejar en evidencia a tanto “servidor público”. Porque entendámonos, no creo posible depurar responsabilidades de quienes ampararon, organizaron y dieron permiso al dinero, porque el dinero no viaja solo. 


Quizas Felipe Gonzalez, tan parlanchin él, nos pueda ayudar en todo esto. ¿o no?


Él algo debe saber, era el Presidnete del Gobierno.













Muy de tu rollo

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